martes, 1 de abril de 2014

Volver

Volver. Como la película de Almodóvar. Vuelvo a mi Sevilla, vuelvo a mi ciudad y vuelvo al sitio donde el sol siempre sonríe. Quiero volver a pasear por la Avenida de la Constitución, serpentear por la calle Sierpe, cruzar el puente de Triana y, sobre todo, oler a azahar. Lo que más hecho de menos es sentir la primavera, sentir que el sol calienta tu cuerpo y que te invita a quitarte el chaleco. Sentir la brisa del Guadalquivir y respirar a cada segundo el aire sevillano; porque cuando en Sevilla es primavera, se siente, se huele.
Este año era casi imposible que fuera a Sevilla por Semana Santa, pero las cosas han cambiado y vuelvo para oler el incienso, ver a San Gonzalo en la puerta de la Estrella, al Beso de Judas en la Cuesta de Rosario y escuchar a la Banda de las Tres Caídas. Quiero perderme por cada calle de Sevilla en Semana Santa y sentir el bullicio de la gente intentando hacerse hueco entre la multitud. No sé si iré a la Madrugá, pero lo que no faltará es que me quede hasta las 6 de las mañana delante del ordenador para que Triana ponga patas arriba la Campana.
Pero ante todo, vuelvo a ver a mi familia. A mis padres y a mi hermano pequeño, que llevo desde navidades sin verlos. Tengo ganas de abrazarlos y reírme con ellos. Es lo que hecho más de menos, sentirlos a ellos cerca y que me hagan reír a cada instante del día. Volveré a ver a mis dos hermanos mayores, aunque a ellos no hace tanto que no los veo, ya que un viaje a Londres en febrero hizo que disfrutáramos de unos días inolvidables.
La crisis es la que tiene la culpa de que yo me alejara de mi ciudad y de lo que yo más quiero. Llevamos toda una vida estudiando para poder tener una profesión y ser alguien en la vida. Mis padres han luchado para que todo esto ocurriera, pero por culpa de algunos pocos que no han sabido administrar y no sabrán nunca cómo hacerlo, los jóvenes nos estamos yendo de España. Como dice mi hermana: no me voy, me echan.
En mi casa se han quedado sin dos hijas. Mis padres (y nosotras mismas) estamos sufriendo el tener que hablar a través de un ordenador y no sentir el calor y el cariño que tanto necesitamos el ser humano. Deseo con todo mi corazón que esas personas, que dicen que están haciendo todo lo posible para que España salga de la crisis, no sufran en sus propias carnes lo que es estar alejado de tu país, de tu casa, de tus seres queridos. Pasa el tiempo y esto no tiene fin. Ellos seguirán viviendo en sus casas y seguirán sintiendo el calor de sus seres queridos, pero no se dan cuenta que a nosotros nos han arrebatado ese derecho. Nos han quitado todos nuestros derechos, esos por los que nuestros abuelos y nuestros padres han estado luchando con uñas y dientes.
Estamos volviendo a un pasado y las cosas se vuelven a repetir. Creo que España ha sufrido demasiado después de una guerra civil y una dictadura para que ahora, de nuevo, volvamos a casi como estábamos antes. No me llaméis exagerada, pues mucho como yo piensan lo mismo. Yo sólo quiero no volver a hacer una puñetera cuenta atrás para poder abrazar y besar a los que tanto necesito.